QUIERO COMPARTIRLES UNO DE MUCHOS ESTUDIOS QUE UN VARON DE DIOS EN EL PAÍS DE ARGENTINA USADO POR DIOS, FIEL SEGUIDOR DE NUESTRO SALVADOR Y SEÑOR JESUCRISTO NOS TRANSMITE , VERDADES QUE TRANSFORMAN LA VISION DE NUESTRA VIDA Y NOS AYUDAN A DERRUMBAR NUESTRAS FORTALEZAS, QUE TANTO ESTORBO NOS HACEN.
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¿Cuáles Son Tus Planes?
Un hombre de Dios se puso a dialogar una mañana con una jovencita de no más de diecisiete años de edad. El tema principal de la charla era por qué creer y por qué no creer en Dios. Es obvio, el hombre trataba de defender sus convicciones pero la niña se mostraba férreamente incrédula.
Entonces, en un momento dado, el hombre aparenta cambiar el tema de conversación y le pregunta:
“Dime…¿Cuáles son tus planes para los próximos meses?” – Ella pensó un momento y respondió: “En primer lugar, terminar mis estudios y recibirme”.
“Ah, que bien, -
dijo él - ¿Y después? ¿Qué planes tienes?” – Ella volvió a pensar y tardando unos segundos y con una amplia sonrisa, dijo: Encontrar un buen trabajo con el cual ganar dinero para comprarme lo que necesito, conocer a alguien interesante y casarme…”
“Eso es excelente”, - La animó el hombre -,
¿Y para después, que planes hay?” – Ella, esta vez, lo pensó un momento más y respondió: “Supongo que ser feliz en mi matrimonio, pasear, conocer lugares y luego tener muchos hijos”.
“Es un plan muy hermoso, no hay nada mejor que los hijos”, -Añadió él -,
¿Y para después que planes tienes? – Aquí ella lo miró con un pequeño rictus de seriedad y dijo: “No sé…supongo que ver crecer a mis hijos, llevarlos a la escuela, educarlos, enseñarles lo mejor…”
“¡Muy bien! – Dijo él -,
¿Y para después? ¿Cuáles son tus planes?” – La niña esta vez lo miró con un poco de risueña curiosidad, pero igual respondió la pregunta: “Supongo que ver casarse a mis hijos y tener los nietos que ellos me den…”
“Ah, sí, - Exclamó el hombre -, los nietos son una de las cosas más maravillosas que le sucede a la gente adulta.
Y dime…¿Qué planes tienes para después de eso?” – Aquí ella se puso muy seria, miró al piso y murmuró: “Pues no lo sé…supongo que para ese tiempo seré lo suficientemente vieja como para pensar en que me llegue la muerte, ¿No?”
“Es cierto, - Expresó el hombre -, llega un momento en donde debemos pensar en esa alternativa de la vida.
Pero me queda una última pregunta: ¿Cuáles son tus planes para después que pase ese momento de la muerte? –
Aquí, la joven sencillamente se quedó enmudecida, sus ojos muy abiertos y sin saber que responder.
Esa es la enorme diferencia entre un creyente y un incrédulo: su carencia de objetivos a más largo plazo que no sea lo que la vida le entregue como vida. No hay ni puede haber planes ni esperanzas para un incrédulo para el segundo siguiente al último paso natural de un ser humano.
Una cosa es ver a un hombre o una mujer que suman muchos años viviendo en Jesucristo y otra muy distinta es observar a ancianos que viven sin Dios.
Los primeros están muy ocupados en todo lo que sus estados físicos todavía le permiten, mientras que los segundos comienzan a padecer la tristeza lógica del final de la vida.
Para un joven, todo es diversión, actividad, dinámica, alegría, bullicio y agitación. Satanás le prepara diariamente y pone a su disposición una enorme batería de posibilidades para pasarlo bien anímica y físicamente.
Y si parecen tener problemas en sus familias o en sus vidas sentimentales, siempre estará el alcohol o las drogas como paliativos para evadirse, viajar por los espacios de la inconsciencia y superar esas crisis.
El problema es cuando se superan esos años de esplendor y comienzan a llegar las primeras sombras de la vejez. Satanás no tiene nada preparado para los viejos. Entonces, la vejez sin Dios comienza a ser un concierto de tristezas, abandonos, depresiones y dolores físicos y anímicos.
¡Cuanta gente se marcha de este mundo antes del tiempo en que Dios pensaba retirarlos, a favor de los huecos que en sus organismos hacen las faltas de defensas motivadas por las depresiones, las angustias y las tristezas!
“¡Para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia!”, dice Pablo en una de sus cartas. Y nosotros, hombres y mujeres mucho más aferrados a esta vida que lo que podemos reconocer, no terminamos nunca de entender esas palabras.
La sugerencia del día es: no es necesario que las entiendas. Si ya has salido de tu etapa “divertida” y no encuentras propuestas satánicas para vivir con algún proyecto, es tiempo que mires a Jesucristo. Aún estás a tiempo. Hubiese sido mucho mejor vivir toda tu vida con Él, pero si no pudo ser…Que comience ahora.
Será la única manera de poder vivir todo lo que te resta y mucho más con planes, proyectos, esperanzas y gozo. Y que en cada momento de tu existencia puedas sentirte útil para el Reino de Dios aunque te digan a coro que eres inútil para la vida cotidiana.
¿Jubilación? En la Biblia no hay ni un solo registro de discípulos jubilados. ¿Qué querrá decir esto?
Néstor Martínez
Rosario – Argentina
Abril de 2008